Sé que he perdido tantas cosas que no podría contarlas y que esas perdiciones, ahora, son lo que es mío. Sé que he perdido el amarillo y el negro y pienso en esos imposibles colores como no piensan los que ven. Mi padre ha muerto y está siempre a mi lado (…) Sólo lo que ha muerto es nuestro, sólo es nuestro lo que perdimos (…) Todo poema, con el tiempo es una elegía. Nuestras son las mujeres que nos dejaron, ya no sujetos a la víspera, que es zozobra, y a las alarmas y terrores de la esperanza. No hay otros paraísos que los paraísos perdidos.
(J. L. Borges, En: Los conjurados, Obras Poéticas. 1985)
lunes, 22 de octubre de 2007
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